miércoles, 16 de marzo de 2016

[Crítica] Bone Tomahawk


Sinopsis: La llegada de un forastero a Bright Hope despierta las sospechas del sheriff, que detiene al extraño después de una disputa. Una bella mujer, cuyo marido está en cama con una pierna rota, cuida del preso, hasta que, una noche, los dos desaparecen. La única pista es una flecha que parece pertenecer a una tribu de caníbales, un elemento que convierte este western con un reparto de aúpa en una exquisita cinta de terror.

Crítica: Hay que temerle a los vivos, no a los muertos

Y  nuevamente con un western…

Durante los primeros 30 minutos, la película se vuelve algo tediosa, más que nada lenta. Cuando sucede el acontecimiento que da el argumento de la cinta se transmuta en algo bastante tenso, te pones en la piel de los personajes, vives sus dolores y a veces lanzas algunas "putiadas". El ambiente que se genera, el desierto, la noche, las estrellas, algunos sonidos que salen de repente, te vuelven un vaquero y acompañante más en este western-terror.
Me gustaría detenerme en este punto, porque se ha dicho que esta es una película de terror. Estuve bastante incrédulo antes de verla y quedé sorprendido cuando la estaba disfrutando. Es un nuevo tipo de terror, es humano, nada sobrenatural, algo que de verdad sabes que pudo haber pasado en algún tiempo atrás. Como dije antes, no hay nada del otro mundo -del "espiritual"- que pueda causarte miedo, sino que la actitud del ser humano es lo que te asusta.
A uno le sorprende las acciones que puede hacer el hombre, te asusta, te da miedo, te llena de terror -y asco- las escenas que presencias. Y es aquí donde la película logra su cometido.
Cabe destacar que las escenas que dan terror y asco pasan durante los últimos 45 minutos de la cinta, es por eso su nombre western-terror



Quizás, desde esta película, estemos hablando de un nuevo tipo de terror, uno donde no se tema a los espíritus, sino a lo carnal, a los vivos.

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