Desde que a Tarantino se le fue filtrado el guión de lo que
fuese su octava película había mucho interés por cómo se vería en la pantalla
grande. En un principio, no había nadie que pudiese convencer al director para
cambiar su opinión de no mostrar su film. Lo que tiene mayor probabilidad de
explicar el porque no lo hizo no es más que caprichos de Quentin. Gracias a
Dios que recapacitó y pudo mostrar lo que mejor saber hacer en el lugar donde
él sabe qué hacer.
The Hateful Eight –o Los ocho más odiados- es un western que
se contextualiza después de la Guerra
Civil de Estados Unidos, en el siglo xix. En ese tiempo se vivía –a duras
penas- un clima hostil entre combatientes del sur contra los del norte. Para
resumir, los primeros estaban en contra de abolir la esclavitud de
afroamericanos mientras que el otro bando, luchaba para exigir este derecho.
Al más puro estilo del cineasta, vemos durante tres horas
personajes que encarnan este clima que se vivía durante ese tiempo, pero con la
gran diferencia de que todas las personalidades bélicas se desenvuelven dentro
de una cabaña. Tenemos por ejemplo a un ex general sanguinario y despiadado que
sólo busca paz para encontrar a su hijo perdido y por otro lado tenemos a ex
combatiente de los del norte, que ahora es un cazarrecompensas, buscando llevar
alguna mercancía por la cual cobrar. Este tipo de choque de personalidades, con
pensamientos totalmente distintos lo vamos a poder ver -y disfrutar- durante toda la película.
En este film, no podemos clasificar a ningún personaje de
bueno como de malo. Cada uno tiene cosas por la cual pelear, defender,
aferrarse, etc. Sobre todo de su propia vida.
Tarantino nos regala una película del viejo oeste, aunque
sea blanco, donde cada personalidad evoluciona de una manera sorpréndete.
Maravilla cada cambio que se hace, en los pensamientos de los personajes, para
destacar los últimos minutos de la película.
Todo esto está acompañado de una banda sonora compuesta por
Ennio Morricone, conocido por varios films pero por sobretodos por la BSO de
“El bueno, el malo y el feo”. Quizás el sonido no sea para escucharlo una tarde
en tu pieza, depende del gusto de cada uno, pero como acompañamiento y mejor
dicho “levantamiento” para la película, suena demasiado bien. Bien merecido el Oscar
para este gran compositor. En una palabra BRUTAL.
Su punto más bajo diría yo, sería el largo de la cinta.
Perfectamente se pudo solucionar acortando algunas escenas o diálogos
innecesarios, sobre todo por una aclaración que se hace en medio de la película
con la voz de Tarantino, bastante nefasta.
Para ir terminando, quiero destacar la actuación del gran
Samuel L. Jackson. Algunos deben estar acostumbrados a los grandes papeles que
nos ofrece este actorazo, pero al parecer si lo tenemos vestido de negro y
empuñando una pistola, se luce mejor. Esto último lo digo porque algunos
críticos de cine consideran la actuación de Jackson en The Hateful Eight como
la mejor después de Pulp Fiction. De verdad que se merecía la nominación al
Oscar.
En fin, si buscas una película intensa y donde dispongas de
tiempo ve The Hateful Eight, no te arrepentirás.
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